Dunas e inmenso desierto trazado de enigmáticas figuras, como las Líneas de Nasca, y transformado en campos fértiles por culturas del pasado. Enorme red de líneas y dibujos de animales y plantas atribuidos a la cultura Nasca, con un área de 350 km2 aproximadamente.
Algunas de las figuras mejor logradas son el colibrí, el perro y el mono. La alemana María Reiche dedicó 50 años al estudio y la investigación del lugar y llegó a la conclusión de que se trató de un calendario astronómico. De un mirador de 12 metros de altura se observan parcialmente las figuras de la mano y el árbol. Sin embargo, para apreciar los dibujos en toda su dimensión es necesario sobrevolar la zona en avioneta.
Las Líneas de Nasca fueron declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1994.